Mientras llega el momento de atacar los proyectos pendientes del invierno pasado, sigo rodando en Montserrat y picoteando los proyectos cercanos a casa, hago malabarismos para quedar con un compañero y con otro para poder escalar y el resultado es más fanatismo que años atrás y aunque repaso y repaso post escritos, siempre se repite, el fanatismo va en aumento, más vías por hacer, mas bloques por descubrir, más vías por liberar.
Una mañana corta de escalada, menos de lo que me hubiese gustado, pero menos da una piedra no?, al llegar al Clot del Boixar, solos, el aparcamiento desierto, al marcharnos, unos 20 coches, en mi vida había visto este sector tan lleno de gente, todo y que había diferentes cordadas en el meandro se escalaba en silencio y tranquilidad, cada uno a lo suyo, solo se rompió el silencio cuando un dron que parecía más bien una pequeña avioneta empezó a zumbar de punta a punta de la montaña, con un sonido de mosquito estridente como si le amplificase un Marshall de válvulas.
Fotos; Oriol Macia "Quo"
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